La edad del bronce
DIEGO DEL GASTOR El eco de unos toques (El Flamenco Vive, 2004)
No hace falta conocer la peculiar peripecia de Diego del Gastor (1908-1973) para que su toque nos arrebate; sin embargo, descubrir la excepcionalidad de este disco acrecienta más su embrujo.
Tratemos, pues, de resumirlo en una fórmula: el de Morón es el guitarrista más grande, intuitivo y original de cuantos el flamenco ha dado, y éste es el único álbum suyo como solista que durante mucho tiempo existió.
La paradoja es también útil para que el nuevo aficionado entienda algo determinante: como en toda música de raíz, en el flamenco la discografía antigua disponible es sólo la parte visible del iceberg. Lo que importaba entonces, por lo menos hasta alcanzar una cierta modernidad comercial, era la práctica viva. Las grabaciones eran un elemento subalterno, a menudo hechas por la insistencia de amigos o estudiosos, y ni tan siquiera tenían que recoger lo más significativo del quehacer de un artista.
Sin embargo, en el caso de Diego del Gastor hay algo de contumacia. En el capítulo que le dedicó la serie documental de RTVE Rito y geografía del cante, otro de los documentos imprescindibles para acercarse a su magnética personalidad, el entrevistador le pide que describa su rutina diaria. Y él la resume en “venir a tomar una copa con los amigos y hablar de lo que nos gusta: de cante, de toque y de arte”. Es un retrato tan mínimo como preciso de un hombre que, pese a que podría haber hecho fortuna al ser requerido por los principales festivales y teatros, sintió que esa música suya sólo tenía sentido en un contexto: entre sus compadres, en su pueblo, en su taberna de siempre o en algunas escogidas fiestas con amigos como Fernanda de Utrera.
Un retraimiento y alergia a las pompas y compromisos, a alejarse de su ambiente y entrar en circuitos mercantiles, que en ningún caso significó cerrazón y purismo. A la finca que el cabal norteamericano Donn Pohren abrió en Morón se acercaba una multitud de jóvenes guitarristas de todo el mundo, a los que él instruía sin ningún prejuicio y a los que consta que escuchó con gusto e interés. Y es que este gitano de porte aristocrático y trato caballeresco, por más que se le presentara como un grial de las esencias más primitivas, era ante todo un heterodoxo que desmoldó todos los estilos. No hay que ser ningún gran entendido para percibir que en sus falsetas siempre asoma algo inesperado, irrumpen disonancias inauditas y cautivadoras, tan cernidas de cálculo que sólo pueden haber surgido del relámpago de la improvisación, su suerte natural. Así ocurre desde luego en los diez temas de este El eco de unos toques, una reedición de El Flamenco Vive que agrupa un single de dos temas editado por Ariola y el inhallable LP Evocaciones, la antología publicada en vinilo por la Fundación Fernando Villalón. El disco se acompaña además de un libro biográfico de Ángel Sody de Rivas.
Existen otros materiales para conocer a Diego del Gastor, pero en su mayor parte consisten en grabaciones privadas, domésticas y de difícil acceso. Algunas se compilaron en un volumen publicado por las universidades andaluzas en 2009. También están sus apariciones como músico acompañante o su participación en el Archivo del cante flamenco de Caballero Bonald. Son derrelictos de esa magia sonora que suscitó las alambicadas metáforas de costumbre: “azabache puro”, “soplo de vientos enduendados”, “aroma a tomillo, romero y serranía”; y que por una vez se dirían justificadas. El toque de Diego, sus vibratos profundísimos, sus juegos obsesivos sobre unas pocas y reiteradas notas tienen el poder de transportarnos, de generar imágenes y despertar audaces correspondencias. Provocan un arrobo, una suspensión, un desasimiento de las cosas. Es algo muy parecido a la felicidad.
Alexandre Serrano
Alexandre Serrano (1976) es periodista y colaborador de Televisió de Catalunya, Rockdelux o Diariofolk. En ellos, como en su blog, Rastres, vestigis, derelictes, se ocupa principalmente de las músicas de raíz y otras expresiones culturales minoritarias. De orígenes catalanes y sevillanos, vive actualmente en Madrid.