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La profecía de San Malaquías: ¿truco o trato?
Dispositivo escatológico y trama cronológica
A san Malaquías (1094-1148), muerto dicen en brazos de san Bernardo (1148), obispo de Armagh como James Ussher, que dató la creación del mundo el 23 de Octubre del 4004 a.C., se le atribuye un curioso texto presuntamente profético sobre los Papas del mundo por venir. La leyenda indica que lo escribió en Roma en 1139. Fue canonizado antes de 1190 por Clemente III. Bernardo de Claraval, hombre clave en los mecanismos de poder de la época, escribió en 1149 su biografía, en la cual no hay referencia alguna al texto en cuestión. Curioso. La lista contiene 112 nombres, o 113 si adjuntamos Petrus Romanus. 112 es 14x8, sin duda una cifra sacra. 113 es 11M. El Corán tiene 114 suras.
¿Vio el futuro desde la mitad del siglo XII, o más bien es que hace siglos que la Iglesia Católica autocumple la profecía, designando en función de sus instrucciones a su máximo representante?
Una expresión con dos términos designa crípticamente a cada papa. El escudo de armas, el lugar de nacimiento, el carácter mismo del pontificado dan la clave de la adecuación del texto a los hechos. A Celestino II, el primero de la serie que comienza en 1143, nacido en Città di Castello, le corresponde el “motto”: Ex castro Tiberis.
El mayor interés de esta lista consiste en que se terminó con Benedicto XVI (Gloria del olivo), el pasado papa que, dicen, dimitió por motivos de salud. Se supone que el actual pontífice, jesuita para más inri, habrá de pastorear a su rebaño en medio de graves persecuciones durante las cuales la misma ciudad de Roma será destruida, si hemos de creer en la ecuación profética. Podemos decir que nos ha tocado asistir en primera fila, si esto es verosímil, a muy interesantes y luctuosos acontecimientos. Si fuera cierto de buena gana me haría llegar a la taquilla para que me devolvieran el importe del ticket. Bastante triste y poco confortable es la vida humana para que además te toque vivir un apocalipsis.
¿Será Francisco el último Papa antes de la llegada al poder el Tirano del Fin de los Tiempos? ¿Llevarán turbante los falsos marcianos? ¿Sincretizará este personaje inicuo, supuestamente por venir y procedente de Persia según fuentes medievales, el Islam con el transhumanismo?
Un hombre de Persia proclama que es inmortal.
Para nosotros Nerón es el Anticristo, para los judíos lo es aquel.
Estos dos son profetas en el tiempo del final.
Nerón es la destrucción de Roma; aquel lo es del mundo entero;
Yo cuento sólo unos pocos secretos que he leído acerca de él.
Comodiano.
La lista se publica en Bélgica en 1595, inserta en la obra de Arnoldo de Wión: Lignum vitae et ornamentum decus Ecclesiae. Se ha señalado el texto de Onofre Panvinio (1529-1568), Epitome Romanorum Pontificium, como punto de partida del montaje. Su secuencia, que abarca los primeros 69 Papas, se publica en 1557. Pero se nos dirá: los otros más de cuarenta miembros sí encajan, sobre todo los últimos seis... ¿Qué está pasando? ¿Quién trama? ¿A quiénes sirve? ¿Truco? ¿Trato?
Una hipótesis sería pensar que la lista fue elaborada por un eclesiástico a finales del siglo XVI para ser después atribuida al obispo irlandés medieval. ¿Es posible entonces que la profecía se haya tenido en cuenta desde entonces en el proceso de designación de los líderes de la Iglesia Católica? Lo que sí es cierto es que no ha sido nunca prohibida, manteniéndose en un discreto y erudito plano, como sí fueron en cambio perseguidos en su época otros personajes y textos que pretendían levantar el velo de las cosas por venir que afectaban al papado.
Se supone que para Dios mil años son un día, que fueron seis los días de Creación y que en el Apocalipsis de Juan de Patmos se nombra el milenio seis veces. Entre Adán y Abraham: 2000, entre Abraham y Cristo: 2000, de Cristo al Fin: 2000. Si éste murió el 31 de nuestra era, el 2031 es el Día marcado. El dispositivo escatológico en el cristianismo está claramente especificado.
De 1143 hasta 2031 van 888 años. La mitad, 444, cae en 1587, a la mitad del pontificado de Sixto V, cuyo número en la lista es 73[1] y su motto Axis in medietate signi (el hacha en la mitad del signo). ¡Estamos listos, aquí hay algo! ¿Truco o trato?
Pero lo más curioso es comprobar cuán presente tenemos el número áureo. Veamos la distancia total: 112 es a 69 como 69 es a 43 (112 dividido entre 69 da 1.6, el mismo resultado que 69 entre 43). Recordemos que la lista de Onofre Panvinio se elabora en aquella época y durante aquel pontificado. Un segmento, descompuesto en dos partes desiguales, expresa la razón áurea cuando la división del total de su longitud por la del fragmento más largo es idéntica a la división del segmento más largo por el más corto.
Truco y trato, pues. 69 es el número de papas de la lista de Panvinio y el número 69 (23x3) tiene como motto: De fide Petri. Sólo este y el último aparecen con el nombre de Pedro. La 43 y la 44 son las posiciones de los presidentes estadounidenses Bush Jr. y Obama. Algunos autores consideran que el Vaticano controla en secreto desde hace más de un siglo los Estados Unidos, mientras que otros dicen que lo hace desde su creación como país. ¡Que el Cielo los juzgue...!
Este puzzle de san Malaquías es, más que una profecía, un trabajo cronológico que pretende configurar los acontecimientos; el típico montaje de las sociedades secretas que forjaron el tiempo draconiano de los calendarios. Pues haberlas “haylas”, y son mucho peor que las meigas...
Uwe Topper, autor cuya argumentación estoy siguiendo en lo esencial, consigna el siglo XVI, época del Concilio de Trento y de la apoteosis de los jesuitas, como el eje central de esta operación. Se estableció una historia irreal lanzada hacia atrás cuatrocientos años, con una persona inventada que fue calificada de “santo” que había dejado una “profecía”. El texto apareció cuando más falta hacía, y dejando la profecía en el plano de lo privado, permitirá las modificaciones necesarias. A ellas asistiremos en breve, salvo que Isis (I.S.I.S.), la diosa colectiva constituida hoy (¡qué tiempos!) por coránicos y genuflexos homicidas barbudos, dictamine otra cosa.
El resto es Eurovisión, probablemente con la estrella invitada de Persépolis.
La profecía de San Malaquías: ¿truco o trato?
A san Malaquías (1094-1148), muerto dicen en brazos de san Bernardo (1148), obispo de Armagh como James Ussher, que dató la creación del mundo el 23 de Octubre del 4004 a.C., se le atribuye un curioso texto presuntamente profético sobre los Papas del mundo por venir. La leyenda indica que lo escribió en Roma en 1139. Fue canonizado antes de 1190 por Clemente III. Bernardo de Claraval, hombre clave en los mecanismos de poder de la época, escribió en 1149 su biografía, en la cual no hay referencia alguna al texto en cuestión. Curioso. La lista contiene 112 nombres, o 113 si adjuntamos Petrus Romanus. 112 es 14x8, sin duda una cifra sacra. 113 es 11M. El Corán tiene 114 suras.
¿Vio el futuro desde la mitad del siglo XII, o más bien es que hace siglos que la Iglesia Católica autocumple la profecía, designando en función de sus instrucciones a su máximo representante?
Una expresión con dos términos designa crípticamente a cada papa. El escudo de armas, el lugar de nacimiento, el carácter mismo del pontificado dan la clave de la adecuación del texto a los hechos. A Celestino II, el primero de la serie que comienza en 1143, nacido en Città di Castello, le corresponde el “motto”: Ex castro Tiberis.
El mayor interés de esta lista consiste en que se terminó con Benedicto XVI (Gloria del olivo), el pasado papa que, dicen, dimitió por motivos de salud. Se supone que el actual pontífice, jesuita para más inri, habrá de pastorear a su rebaño en medio de graves persecuciones durante las cuales la misma ciudad de Roma será destruida, si hemos de creer en la ecuación profética. Podemos decir que nos ha tocado asistir en primera fila, si esto es verosímil, a muy interesantes y luctuosos acontecimientos. Si fuera cierto de buena gana me haría llegar a la taquilla para que me devolvieran el importe del ticket. Bastante triste y poco confortable es la vida humana para que además te toque vivir un apocalipsis.
¿Será Francisco el último Papa antes de la llegada al poder el Tirano del Fin de los Tiempos? ¿Llevarán turbante los falsos marcianos? ¿Sincretizará este personaje inicuo, supuestamente por venir y procedente de Persia según fuentes medievales, el Islam con el transhumanismo?
Un hombre de Persia proclama que es inmortal.
Para nosotros Nerón es el Anticristo, para los judíos lo es aquel.
Estos dos son profetas en el tiempo del final.
Nerón es la destrucción de Roma; aquel lo es del mundo entero;
Yo cuento sólo unos pocos secretos que he leído acerca de él.
Comodiano.
La lista se publica en Bélgica en 1595, inserta en la obra de Arnoldo de Wión: Lignum vitae et ornamentum decus Ecclesiae. Se ha señalado el texto de Onofre Panvinio (1529-1568), Epitome Romanorum Pontificium, como punto de partida del montaje. Su secuencia, que abarca los primeros 69 Papas, se publica en 1557. Pero se nos dirá: los otros más de cuarenta miembros sí encajan, sobre todo los últimos seis... ¿Qué está pasando? ¿Quién trama? ¿A quiénes sirve? ¿Truco? ¿Trato?
Una hipótesis sería pensar que la lista fue elaborada por un eclesiástico a finales del siglo XVI para ser después atribuida al obispo irlandés medieval. ¿Es posible entonces que la profecía se haya tenido en cuenta desde entonces en el proceso de designación de los líderes de la Iglesia Católica? Lo que sí es cierto es que no ha sido nunca prohibida, manteniéndose en un discreto y erudito plano, como sí fueron en cambio perseguidos en su época otros personajes y textos que pretendían levantar el velo de las cosas por venir que afectaban al papado.
Se supone que para Dios mil años son un día, que fueron seis los días de Creación y que en el Apocalipsis de Juan de Patmos se nombra el milenio seis veces. Entre Adán y Abraham: 2000, entre Abraham y Cristo: 2000, de Cristo al Fin: 2000. Si éste murió el 31 de nuestra era, el 2031 es el Día marcado. El dispositivo escatológico en el cristianismo está claramente especificado.
De 1143 hasta 2031 van 888 años. La mitad, 444, cae en 1587, a la mitad del pontificado de Sixto V, cuyo número en la lista es 73[1] y su motto Axis in medietate signi (el hacha en la mitad del signo). ¡Estamos listos, aquí hay algo! ¿Truco o trato?
Pero lo más curioso es comprobar cuán presente tenemos el número áureo. Veamos la distancia total: 112 es a 69 como 69 es a 43 (112 dividido entre 69 da 1.6, el mismo resultado que 69 entre 43). Recordemos que la lista de Onofre Panvinio se elabora en aquella época y durante aquel pontificado. Un segmento, descompuesto en dos partes desiguales, expresa la razón áurea cuando la división del total de su longitud por la del fragmento más largo es idéntica a la división del segmento más largo por el más corto.
Truco y trato, pues. 69 es el número de papas de la lista de Panvinio y el número 69 (23x3) tiene como motto: De fide Petri. Sólo este y el último aparecen con el nombre de Pedro. La 43 y la 44 son las posiciones de los presidentes estadounidenses Bush Jr. y Obama. Algunos autores consideran que el Vaticano controla en secreto desde hace más de un siglo los Estados Unidos, mientras que otros dicen que lo hace desde su creación como país. ¡Que el Cielo los juzgue...!
Este puzzle de san Malaquías es, más que una profecía, un trabajo cronológico que pretende configurar los acontecimientos; el típico montaje de las sociedades secretas que forjaron el tiempo draconiano de los calendarios. Pues haberlas “haylas”, y son mucho peor que las meigas...
Uwe Topper, autor cuya argumentación estoy siguiendo en lo esencial, consigna el siglo XVI, época del Concilio de Trento y de la apoteosis de los jesuitas, como el eje central de esta operación. Se estableció una historia irreal lanzada hacia atrás cuatrocientos años, con una persona inventada que fue calificada de “santo” que había dejado una “profecía”. El texto apareció cuando más falta hacía, y dejando la profecía en el plano de lo privado, permitirá las modificaciones necesarias. A ellas asistiremos en breve, salvo que Isis (I.S.I.S.), la diosa colectiva constituida hoy (¡qué tiempos!) por coránicos y genuflexos homicidas barbudos, dictamine otra cosa.
El resto es Eurovisión, probablemente con la estrella invitada de Persépolis.