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La importancia de la provincia
Slint, ‘Spiderland’ y Louisville: cronología de un disco que cumple 25 años
“No me parecía que nadie del resto del país o del mundo
supiera nada de Louisville, Kentucky. Era genial.
Era también como algo nuestro. Me gustaba ir a otros sitios,
pero nosotros se la sudábamos, y no me importaba,
porque era emocionante estar en Louisville.”
Will Oldham, en Bonnie ‘Prince’ Billy por Will Oldham (Contra, 2012)
“Somos de Louisville y pensamos que debíais escuchar esto.”
Alguien de Slint antes de la última canción de un concierto de la banda en Chicago, 1989.
Pretendemos dibujar un paisaje de provincias norteamericano, un paisaje interior, musical. El lugar de ese paisaje es Louisville, la capital del estado de Kentucky. Este texto trata sobre el “nosotros” de la cita inicial, todos oriundos de Louisville, KY; ese “nosotros se la sudábamos” es lo que uno debe repetirse cada vez que vea escrito el nombre de la ciudad.
Slint grabó su influyente segundo disco, Spiderland, en 1991. La contraportada del disco indica, tangencialmente, de dónde provienen sus componentes: “interested female vocalists write 1864 douglas blvd. louisville, ky. 40205” (las vocalistas femeninas interesadas [en cantar en el grupo] pueden escribir a 1864 douglas blvd. louisville, ky. 40205). Un mensaje así en una contraportada, además de bromear sobre las capacidades vocales del cantante del grupo, llama inmediatamente la atención sobre el lugar, Louisville. Para los que lo desconozcan, ese disco llamado Spiderland de un grupo de Louisville, del que este año se cumplirán 25 años de su publicación, suele figurar entre los cien mejores discos de los noventa de cualquier lista de música que se rastree. Conviene recordar que ese disco acabó creando una etiqueta tan esquiva como post-rock o rock de vanguardia —no de inmediato, sino después y junto a Hex, de Bark Psychosis, en Inglaterra— y formando parte, también posteriormente, de tantos “géneros” o “sub-géneros” como se pueda uno imaginar, desde el math-rock hasta el post-hardcore —no entrará, por cierto, este artículo en lo volátil y ridículo de dicho ejercicio de nominación que tiene que ver con cuestiones del mercado—. Fue reeditado hace no mucho y fue rodeado por todo lo que no precisaba (un documental, varias demos, cortes descartados) y que, de atenderse, entorpecería su audición. Sí, nos enfrentamos a un disco de seis cortes y una obra así incide sobre su cohesión y su concentración.
Ante Spiderland, las preguntas —que se concatenan y superponen— siempre son las mismas: ¿de dónde sale este disco?, ¿cómo fue posible hacerlo?, ¿cómo unos jóvenes, apenas mayores de edad, terminaron grabando uno de los discos más influyentes de los noventa para la música independiente norteamericana?, ¿por qué, después de grabarlo, y en la víspera de que saliera, la banda se separa sin llegar a ser consciente de lo que había hecho?
Sólo podremos empezar a entenderlo si hablamos de Louisville, KY.
Louisville es una ciudad de un tamaño considerable, no demasiado lejos de Indianápolis y a cinco horas en coche de Chicago —huelga insistir en la importancia de Chicago en la escena musical estadounidense—. Es la ciudad más grande del estado de Kentucky: tiene más de medio millón de habitantes y eso la convierte en una ciudad independiente, una ciudad que puede mirarse a sí misma con cierta satisfacción. Se trata incluso —por qué no decirlo— de una ciudad vanidosa: sus habitantes son los orgullosos promotores del famoso Derby de Kentucky. El papel que desempeña Kentucky y, más concretamente, Louisville en cualquier otro apartado es más bien pequeño.
La música que se hacía a finales de los ochenta en Louisville no era muy distinta de la que se estaba haciendo en otras partes de Estados Unidos. La percepción que tenían de sí mismos los músicos que vivían allí no era, al principio, de estar haciendo nada especial y, más tarde, cuando surge Slint, parece que consideraban que se estaba forjando algo nuevo pero que no terminaban de entender en términos de ascendencia musical, influencias y géneros. En cualquier caso, más allá de intuiciones, en aquella generación de músicos la percepción de esa ascendencia parece ser casi nula: en Louisville, KY, la escena de música experimental se desarrolló sin consciencia de ser tal. Sí pensaban en hacer algo nuevo, pero también creían que hacían hardcore, y es cierto que su experimentación viene del hardcore: todos querían ser Hüsker Dü, The Minutemen o Big Black. La realidad descrita sucintamente es que un puñado de músicos compartía varios grupos, todos iban y venían de Chicago y cada año formaban nuevas bandas variando una o dos personas de entre las mismas. Y aquí, como se verá, empieza el problema —el lío— que desencadena el misterio.
La conciencia musical de Louisville en cuanto a su música experimental parece comenzar con No Fun[1], Malignant Growth, The Endtables y otros grupos de punk: escúchese, a este respecto, Bold Beginnings: Louisville Punk 1978-1983 (Noise Pollution, 2007). De entre ellos destaca No Fun, cuya importancia aumenta debido a que, tras su disolución, surgieron dos grupos fundamentales para entender el recorrido de la música de Louisville, dos grupos que empiezan a alejarse del punk para desarrollar el post-punk y el hardcore para la ciudad: Circle X y Babylon Dance Band. Circle X[2], creado por dos miembros de No Fun, se mudó pronto a Nueva York donde participó de la escena No Wave junto a músicos y bandas como Lydia Lunch, James Chance, Suicide, MARS o DNA con Arto Lindsay. Babylon Dance Band[3] fue creado por una de los músicos de No Fun y, por el contrario, se quedó en Louisville y llegó a ser una de las bandas más queridas de la escena hardcore de allí. Son dos grupos igual de interesantes, cabe decir, e igual de difíciles de rastrear por su éxito excesivamente local. Estaban formados por buenos músicos nunca demasiado apegados al género en lo relativo al sonido. Como dijo David Pajo, uno de los guitarras de Slint, en una entrevista a Punk Planet en 2005: “Lo que siempre me ha gustado de Louisville era que nadie quería sonar como ningún otro. Si parecía que provenías o estabas copiando el sonido de The Clash o Minor Threat, nadie te prestaba atención. Los grupos que tenían su propio sonido eran lo que en verdad se respetaban”.
A estos primeros grupos locales, que están abonando durante esos años el terreno para que lleguen a la ciudad grupos mucho más conocidos para el punk-rock americano o el hardcore, un grupo de personas —de adolescentes— va a escucharles y charla con ellos. De entre estos jóvenes, Britt Walford, Brian McMahan, David Pajo, David Grubbs y Will Oldham son los que más nos interesan para nuestra cronología.
El primer antecedente de Slint del que se tiene noticia se llamó Languid & Flaccid. En esta banda se encontraba el futuro batería, Britt Walford, y el otro de los futuros guitarras de Slint, Brian McMahan, que eran amigos del colegio. No se trataba de cualquier colegio, por cierto, sino de un pequeño colegio de enseñanza experimental llamado Brown School, conocido por favorecer la creatividad, una enseñanza cooperativa entre sus estudiantes y el trabajo en grupo. En Languid & Flaccid, además, tocaba el hermano de Will Oldham, Ned, que era el mayor con 13 años. El resto de miembros de la banda tenía entre once y doce años. Tocaban en bares poblados de cabezas rapadas y punkies en los que, tras los conciertos, sus padres venían a buscarles para recoger los instrumentos y los amplificadores —que no podían cargar por el peso— y llevarles a casa.
Languid & Flaccid se disuelve y de ahí surgen dos grupos: Squirrel Bait y Maurice. Como demuestra Scott Tennett en su libro sobre el Spiderland (Continuum, 2011), el más significativo es Maurice. Suele considerarse erróneamente como el principal antecedente de Slint a Squirrel Bait, en el que estuvieron Walford y McMahan, aunque prácticamente no coincidieron en los cinco años de vida de la banda. Lo cierto es que en Squirrel Bait[4] era David Grubbs, ese músico formidable que luego crearía Bastro con McMahan y Gastr del Sol con Jim O’Rourke y John McEntire (el batería de, entre otros grupos, Tortoise, en el que también tocará Pajo), el que componía la mayor parte de las canciones y no McMahan o Walford. Grubbs iba y venía de Chicago —vivía realmente allí— y surtía de discos a todos sus amigos louisvillenses. Squirrel Bait debía su sonido en gran parte a Hüsker Dü, grupo al que llegaron a telonear en Chicago y que no es una influencia que, en verdad, pueda rastrearse en Slint. Porque si Squirrel Bait y Grubbs se fueron a Chicago, Maurice, la banda que sí comandaba Walford, se quedó en Louisville.
Fue Maurice el grupo que comenzó a hacer algo que iría hacia lo inexplicable de Slint, sobre todo desde que David Pajo entrara en él. Es la combinación entre la habilidad de Pajo a la guitarra y la capacidad para la estructura de Walford la que comienza a desarrollar un sonido que desembocará en Slint y Spiderland. De lo que se percata Maurice[5] es que, mientras que todos tocan rápido y de seguido —como en un arrebato, como habían visto a The Minutemen hacer en concierto—, se podía variar la dinámica, tocar más despacio, con parones y otros tempos, inusuales para el hardcore. Y así ocurrió: nadie entendía muy bien qué hacía Maurice. Hasta tal punto era raro para el momento que el cantante, Sean ‘Rat’ Garrison, confesó que dejó de comprender lo que pretendían tocar. Decía que no sabía cómo cantar sobre las últimas canciones que componían. Y Maurice, tras dos años, se disolvió.
Slint se forma inmediatamente con la mitad de Maurice (Pajo y Walford) que ha diseñado el giro, todavía por madurar, en el hardcore. Empiezan a ensayar en el sótano de la casa de los padres de Walford, donde habían ensayado Maurice y Squirrel Bait, con Ethan Buckler como bajista. Buckler era uno de los mejores amigos de Pajo y con quien Pajo formará otro grupo paralelo llamado King Kong[6] —en ese grupo, curiosamente, acabarán tocando antes o después todos los componentes de Slint, e incluso McEntire, y es digno de mención que la aportación de Pajo fue a la batería y no a la guitarra—.
Tras componer un puñado de temas, Slint da su primer concierto en una iglesia unionista a la que iban los padres de Buckler, como colofón a una misa: allí estaba también, entre los oyentes, McMahan. La iglesia se vació y McMahan se incorporó de inmediato al grupo. Grabarán Tweez, un buen disco, en el que los nombres de las canciones son los de los padres y madres de sus miembros —excepto “Rhoda” que es el nombre del perro de Walford—. Se graba en 1987, aunque sale en 1989, y lo produce Steve Albini, quien será años después uno de los primeros en llamar la atención sobre la importancia de Spiderland. En el momento de la grabación, por ejemplo, Walford todavía no es mayor de edad y Pajo tiene 19 años.
La portada de Tweez es curiosa, extraña. Sale un Saab de frente en medio de una carretera con árboles, nada más. La foto la toma un tercer Oldham, Joe. Will Oldham, el que realizará la fotografía para la portada de Spiderland, está al volante, aunque no se le pueda ver. A Buckler no le gustó el resultado de la grabación del Tweez, piensa que la producción del disco por Albini ha sido excesiva e intrusa, y deja la banda.
Todd Brashear sustituye a Buckler. Era otro amigo de Pajo, con quien había tocado en Solution Unknown y ya había oído a Slint en concierto. Les hizo saber que él quería tocar el bajo con ellos. Pasaran tres años antes de que graben Spiderland. En 1990 graban un par de canciones instrumentales, “Glenn” y una nueva versión de “Rhoda”, donde se observa el camino que están recorriendo para llegar a Spiderland (serán publicadas tres años después de Spiderland en un EP).
Antes de la grabación del disco realizan un par de directos en Chicago. Allí muestran versiones instrumentales de las canciones del futuro Spiderland y empieza a forjarse el misterio Slint: sus músicos tocan estáticos sobre el escenario y un repertorio completamente instrumental, ambas cosas excepcionales para un concierto de ese estilo. Los locales en los que tocan se llenan de gente acostumbrada a escuchar a grupos de hardcore, que esperaba oír hardcore y ellos eran un grupo que se supone que hacía algún tipo de punk-rock o hardcore —es más, ellos siguen definiendo en aquel momento así su grupo–. El público asistió asombrado —y respetuoso, por lo que se sabe de las crónicas— a un espectáculo que en nada se parecía al hardcore o al punk-rock y guardó silencio durante el concierto. Pero aquello, en definitiva, ya no era hardcore.
Spiderland se graba en un fin de semana de 1991. Las canciones llevan voz y las letras, que han ido pensando y componiendo McMahan y Walford, las cantan los dos compositores casi a partes iguales, aunque se suele pensar que McMahan es el cantante del Spiderland.
Y de nuevo aparece Will Oldham. Fue él quien hizo la famosa foto que servirá de portada al disco. Un grupo de amigos, la banda, sale bañándose en un lago al pie de una cantera de piedra caliza, al norte de Louisville, en Indiana, en la cuenca del río Ohio. Oldham en aquel momento deseaba ser actor y no sabía que en años venideros iba a grabar una música magnífica, cercana al folk. Oldham contará en sus primeros discos como Palace Brothers o Palace con sus amigos Brashear, Pajo, McMahan y Walford, además de con su hermano Ned, con quien habían tocado McMahan y Walford en Languid & Flaccid.
Grabarán Spiderland y luego el grupo se disolverá. McMahan decide dejar el grupo e ingresa voluntariamente y por poco tiempo en un sanatorio. El resto de miembros considera que no puede continuar sin él. El disco pasa inadvertido ya que no hay ninguna presentación o concierto tras su publicación; es un secreto que va pasando de mano en mano y de boca en boca. Poco a poco, todo el mundo comienza a hablar de Spiderland y de Slint. Y así ha continuado hasta hoy, 25 años después.
P. D. La dirección para que escribieran las posibles vocalistas es la casa de los padres de Walford. Se cuenta que PJ Harvey escribió para ofrecerse como vocalista. Todavía hoy siguen recibiendo cartas.
La importancia de la provincia
“No me parecía que nadie del resto del país o del mundo
supiera nada de Louisville, Kentucky. Era genial.
Era también como algo nuestro. Me gustaba ir a otros sitios,
pero nosotros se la sudábamos, y no me importaba,
porque era emocionante estar en Louisville.”
Will Oldham, en Bonnie ‘Prince’ Billy por Will Oldham (Contra, 2012)
“Somos de Louisville y pensamos que debíais escuchar esto.”
Alguien de Slint antes de la última canción de un concierto de la banda en Chicago, 1989.
Pretendemos dibujar un paisaje de provincias norteamericano, un paisaje interior, musical. El lugar de ese paisaje es Louisville, la capital del estado de Kentucky. Este texto trata sobre el “nosotros” de la cita inicial, todos oriundos de Louisville, KY; ese “nosotros se la sudábamos” es lo que uno debe repetirse cada vez que vea escrito el nombre de la ciudad.
Slint grabó su influyente segundo disco, Spiderland, en 1991. La contraportada del disco indica, tangencialmente, de dónde provienen sus componentes: “interested female vocalists write 1864 douglas blvd. louisville, ky. 40205” (las vocalistas femeninas interesadas [en cantar en el grupo] pueden escribir a 1864 douglas blvd. louisville, ky. 40205). Un mensaje así en una contraportada, además de bromear sobre las capacidades vocales del cantante del grupo, llama inmediatamente la atención sobre el lugar, Louisville. Para los que lo desconozcan, ese disco llamado Spiderland de un grupo de Louisville, del que este año se cumplirán 25 años de su publicación, suele figurar entre los cien mejores discos de los noventa de cualquier lista de música que se rastree. Conviene recordar que ese disco acabó creando una etiqueta tan esquiva como post-rock o rock de vanguardia —no de inmediato, sino después y junto a Hex, de Bark Psychosis, en Inglaterra— y formando parte, también posteriormente, de tantos “géneros” o “sub-géneros” como se pueda uno imaginar, desde el math-rock hasta el post-hardcore —no entrará, por cierto, este artículo en lo volátil y ridículo de dicho ejercicio de nominación que tiene que ver con cuestiones del mercado—. Fue reeditado hace no mucho y fue rodeado por todo lo que no precisaba (un documental, varias demos, cortes descartados) y que, de atenderse, entorpecería su audición. Sí, nos enfrentamos a un disco de seis cortes y una obra así incide sobre su cohesión y su concentración.
Ante Spiderland, las preguntas —que se concatenan y superponen— siempre son las mismas: ¿de dónde sale este disco?, ¿cómo fue posible hacerlo?, ¿cómo unos jóvenes, apenas mayores de edad, terminaron grabando uno de los discos más influyentes de los noventa para la música independiente norteamericana?, ¿por qué, después de grabarlo, y en la víspera de que saliera, la banda se separa sin llegar a ser consciente de lo que había hecho?
Sólo podremos empezar a entenderlo si hablamos de Louisville, KY.
Louisville es una ciudad de un tamaño considerable, no demasiado lejos de Indianápolis y a cinco horas en coche de Chicago —huelga insistir en la importancia de Chicago en la escena musical estadounidense—. Es la ciudad más grande del estado de Kentucky: tiene más de medio millón de habitantes y eso la convierte en una ciudad independiente, una ciudad que puede mirarse a sí misma con cierta satisfacción. Se trata incluso —por qué no decirlo— de una ciudad vanidosa: sus habitantes son los orgullosos promotores del famoso Derby de Kentucky. El papel que desempeña Kentucky y, más concretamente, Louisville en cualquier otro apartado es más bien pequeño.
La música que se hacía a finales de los ochenta en Louisville no era muy distinta de la que se estaba haciendo en otras partes de Estados Unidos. La percepción que tenían de sí mismos los músicos que vivían allí no era, al principio, de estar haciendo nada especial y, más tarde, cuando surge Slint, parece que consideraban que se estaba forjando algo nuevo pero que no terminaban de entender en términos de ascendencia musical, influencias y géneros. En cualquier caso, más allá de intuiciones, en aquella generación de músicos la percepción de esa ascendencia parece ser casi nula: en Louisville, KY, la escena de música experimental se desarrolló sin consciencia de ser tal. Sí pensaban en hacer algo nuevo, pero también creían que hacían hardcore, y es cierto que su experimentación viene del hardcore: todos querían ser Hüsker Dü, The Minutemen o Big Black. La realidad descrita sucintamente es que un puñado de músicos compartía varios grupos, todos iban y venían de Chicago y cada año formaban nuevas bandas variando una o dos personas de entre las mismas. Y aquí, como se verá, empieza el problema —el lío— que desencadena el misterio.
La conciencia musical de Louisville en cuanto a su música experimental parece comenzar con No Fun[1], Malignant Growth, The Endtables y otros grupos de punk: escúchese, a este respecto, Bold Beginnings: Louisville Punk 1978-1983 (Noise Pollution, 2007). De entre ellos destaca No Fun, cuya importancia aumenta debido a que, tras su disolución, surgieron dos grupos fundamentales para entender el recorrido de la música de Louisville, dos grupos que empiezan a alejarse del punk para desarrollar el post-punk y el hardcore para la ciudad: Circle X y Babylon Dance Band. Circle X[2], creado por dos miembros de No Fun, se mudó pronto a Nueva York donde participó de la escena No Wave junto a músicos y bandas como Lydia Lunch, James Chance, Suicide, MARS o DNA con Arto Lindsay. Babylon Dance Band[3] fue creado por una de los músicos de No Fun y, por el contrario, se quedó en Louisville y llegó a ser una de las bandas más queridas de la escena hardcore de allí. Son dos grupos igual de interesantes, cabe decir, e igual de difíciles de rastrear por su éxito excesivamente local. Estaban formados por buenos músicos nunca demasiado apegados al género en lo relativo al sonido. Como dijo David Pajo, uno de los guitarras de Slint, en una entrevista a Punk Planet en 2005: “Lo que siempre me ha gustado de Louisville era que nadie quería sonar como ningún otro. Si parecía que provenías o estabas copiando el sonido de The Clash o Minor Threat, nadie te prestaba atención. Los grupos que tenían su propio sonido eran lo que en verdad se respetaban”.
A estos primeros grupos locales, que están abonando durante esos años el terreno para que lleguen a la ciudad grupos mucho más conocidos para el punk-rock americano o el hardcore, un grupo de personas —de adolescentes— va a escucharles y charla con ellos. De entre estos jóvenes, Britt Walford, Brian McMahan, David Pajo, David Grubbs y Will Oldham son los que más nos interesan para nuestra cronología.
El primer antecedente de Slint del que se tiene noticia se llamó Languid & Flaccid. En esta banda se encontraba el futuro batería, Britt Walford, y el otro de los futuros guitarras de Slint, Brian McMahan, que eran amigos del colegio. No se trataba de cualquier colegio, por cierto, sino de un pequeño colegio de enseñanza experimental llamado Brown School, conocido por favorecer la creatividad, una enseñanza cooperativa entre sus estudiantes y el trabajo en grupo. En Languid & Flaccid, además, tocaba el hermano de Will Oldham, Ned, que era el mayor con 13 años. El resto de miembros de la banda tenía entre once y doce años. Tocaban en bares poblados de cabezas rapadas y punkies en los que, tras los conciertos, sus padres venían a buscarles para recoger los instrumentos y los amplificadores —que no podían cargar por el peso— y llevarles a casa.
Languid & Flaccid se disuelve y de ahí surgen dos grupos: Squirrel Bait y Maurice. Como demuestra Scott Tennett en su libro sobre el Spiderland (Continuum, 2011), el más significativo es Maurice. Suele considerarse erróneamente como el principal antecedente de Slint a Squirrel Bait, en el que estuvieron Walford y McMahan, aunque prácticamente no coincidieron en los cinco años de vida de la banda. Lo cierto es que en Squirrel Bait[4] era David Grubbs, ese músico formidable que luego crearía Bastro con McMahan y Gastr del Sol con Jim O’Rourke y John McEntire (el batería de, entre otros grupos, Tortoise, en el que también tocará Pajo), el que componía la mayor parte de las canciones y no McMahan o Walford. Grubbs iba y venía de Chicago —vivía realmente allí— y surtía de discos a todos sus amigos louisvillenses. Squirrel Bait debía su sonido en gran parte a Hüsker Dü, grupo al que llegaron a telonear en Chicago y que no es una influencia que, en verdad, pueda rastrearse en Slint. Porque si Squirrel Bait y Grubbs se fueron a Chicago, Maurice, la banda que sí comandaba Walford, se quedó en Louisville.
Fue Maurice el grupo que comenzó a hacer algo que iría hacia lo inexplicable de Slint, sobre todo desde que David Pajo entrara en él. Es la combinación entre la habilidad de Pajo a la guitarra y la capacidad para la estructura de Walford la que comienza a desarrollar un sonido que desembocará en Slint y Spiderland. De lo que se percata Maurice[5] es que, mientras que todos tocan rápido y de seguido —como en un arrebato, como habían visto a The Minutemen hacer en concierto—, se podía variar la dinámica, tocar más despacio, con parones y otros tempos, inusuales para el hardcore. Y así ocurrió: nadie entendía muy bien qué hacía Maurice. Hasta tal punto era raro para el momento que el cantante, Sean ‘Rat’ Garrison, confesó que dejó de comprender lo que pretendían tocar. Decía que no sabía cómo cantar sobre las últimas canciones que componían. Y Maurice, tras dos años, se disolvió.
Slint se forma inmediatamente con la mitad de Maurice (Pajo y Walford) que ha diseñado el giro, todavía por madurar, en el hardcore. Empiezan a ensayar en el sótano de la casa de los padres de Walford, donde habían ensayado Maurice y Squirrel Bait, con Ethan Buckler como bajista. Buckler era uno de los mejores amigos de Pajo y con quien Pajo formará otro grupo paralelo llamado King Kong[6] —en ese grupo, curiosamente, acabarán tocando antes o después todos los componentes de Slint, e incluso McEntire, y es digno de mención que la aportación de Pajo fue a la batería y no a la guitarra—.
Tras componer un puñado de temas, Slint da su primer concierto en una iglesia unionista a la que iban los padres de Buckler, como colofón a una misa: allí estaba también, entre los oyentes, McMahan. La iglesia se vació y McMahan se incorporó de inmediato al grupo. Grabarán Tweez, un buen disco, en el que los nombres de las canciones son los de los padres y madres de sus miembros —excepto “Rhoda” que es el nombre del perro de Walford—. Se graba en 1987, aunque sale en 1989, y lo produce Steve Albini, quien será años después uno de los primeros en llamar la atención sobre la importancia de Spiderland. En el momento de la grabación, por ejemplo, Walford todavía no es mayor de edad y Pajo tiene 19 años.
La portada de Tweez es curiosa, extraña. Sale un Saab de frente en medio de una carretera con árboles, nada más. La foto la toma un tercer Oldham, Joe. Will Oldham, el que realizará la fotografía para la portada de Spiderland, está al volante, aunque no se le pueda ver. A Buckler no le gustó el resultado de la grabación del Tweez, piensa que la producción del disco por Albini ha sido excesiva e intrusa, y deja la banda.
Todd Brashear sustituye a Buckler. Era otro amigo de Pajo, con quien había tocado en Solution Unknown y ya había oído a Slint en concierto. Les hizo saber que él quería tocar el bajo con ellos. Pasaran tres años antes de que graben Spiderland. En 1990 graban un par de canciones instrumentales, “Glenn” y una nueva versión de “Rhoda”, donde se observa el camino que están recorriendo para llegar a Spiderland (serán publicadas tres años después de Spiderland en un EP).
Antes de la grabación del disco realizan un par de directos en Chicago. Allí muestran versiones instrumentales de las canciones del futuro Spiderland y empieza a forjarse el misterio Slint: sus músicos tocan estáticos sobre el escenario y un repertorio completamente instrumental, ambas cosas excepcionales para un concierto de ese estilo. Los locales en los que tocan se llenan de gente acostumbrada a escuchar a grupos de hardcore, que esperaba oír hardcore y ellos eran un grupo que se supone que hacía algún tipo de punk-rock o hardcore —es más, ellos siguen definiendo en aquel momento así su grupo–. El público asistió asombrado —y respetuoso, por lo que se sabe de las crónicas— a un espectáculo que en nada se parecía al hardcore o al punk-rock y guardó silencio durante el concierto. Pero aquello, en definitiva, ya no era hardcore.
Spiderland se graba en un fin de semana de 1991. Las canciones llevan voz y las letras, que han ido pensando y componiendo McMahan y Walford, las cantan los dos compositores casi a partes iguales, aunque se suele pensar que McMahan es el cantante del Spiderland.
Y de nuevo aparece Will Oldham. Fue él quien hizo la famosa foto que servirá de portada al disco. Un grupo de amigos, la banda, sale bañándose en un lago al pie de una cantera de piedra caliza, al norte de Louisville, en Indiana, en la cuenca del río Ohio. Oldham en aquel momento deseaba ser actor y no sabía que en años venideros iba a grabar una música magnífica, cercana al folk. Oldham contará en sus primeros discos como Palace Brothers o Palace con sus amigos Brashear, Pajo, McMahan y Walford, además de con su hermano Ned, con quien habían tocado McMahan y Walford en Languid & Flaccid.
Grabarán Spiderland y luego el grupo se disolverá. McMahan decide dejar el grupo e ingresa voluntariamente y por poco tiempo en un sanatorio. El resto de miembros considera que no puede continuar sin él. El disco pasa inadvertido ya que no hay ninguna presentación o concierto tras su publicación; es un secreto que va pasando de mano en mano y de boca en boca. Poco a poco, todo el mundo comienza a hablar de Spiderland y de Slint. Y así ha continuado hasta hoy, 25 años después.
P. D. La dirección para que escribieran las posibles vocalistas es la casa de los padres de Walford. Se cuenta que PJ Harvey escribió para ofrecerse como vocalista. Todavía hoy siguen recibiendo cartas.