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Despachos africanos

La lengua

No era, pues, el único habitante en la tierra. A veces tengo la sospecha de que Addis Abeba no es real y estoy todavía en mi país si encuentro por la calle, en los rostros de los que pasan, la cara de mí tía, la de mis hermanas, amores y amigos hace mucho tiempo olvidados surgidos de pronto desde el fondo del agua un poco oscurecidos, a los que basta escuchar discutir en su lengua para recordar de dónde venía y dónde estaba. En cierto sentido, este modo tan ignorante de viajar, de salir a...

El rostro

He rodado por la superficie de la tierra, y sin embargo no he visto nada. Al llegar a Addis Abeba, al menos para un mulato como yo, no se sabe si se está perdiendo la identidad o entrando en el...