Apuntes sobre la canción
Cuando te miraba y te escuchaba cantar la semana pasada, Yasmine, tuve el impulso de dibujarte. Un impulso absurdo, porque estaba demasiado oscuro; no podía ver el cuaderno sobre mis rodillas. Por momentos garabateaba sin bajar la vista, sin apartar los ojos de ti. Había ritmo en esos garabatos, como si mi bolígrafo acompañara tu voz. Pero un bolígrafo no es una armónica ni una banda, y ahora, ya en el silencio, mis garabatos han perdido prácticamente su sentido.