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El flamenco electrizado de Ariadna Castellanos

La pianista presenta ‘[MJU:ZIK]’, disco en el que une lo jondo y la electrónica de la mano de Ed is Dead
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Romper con todo. Pero hacer algo con sentimiento. Mezclar el flamenco con la música electrónica. La vanguardia con la cueva. Todo eso se proponía Ariadna Castellanos cuando se acercó a Ed is Dead, productor y músico de electrónica con el que ha grabado [MJU:ZIK], disco que acaba de presentar en el Festival Flamenco On Fire de Pamplona. Quizás porque en el evento había potentes y severas personalidades de lo jondo, Castellanos explicó el show al inicio y después cada uno de los temas. Dijo que empezaría más flamenca y que iría poniéndose más electrónica. Y así fue, pero por el camino demostró que no hacían falta explicaciones. No, porque la severidad no admitirá jamás su atrevimiento y porque el experimento es bueno porque es música, se huele honesto y en casi todos los demás se intuye el flamenco. “Intuir” es un verbo insuficiente para quienes aman con fruición el pasado, pero sería un error no probar este disco por un amor aferrado e improductivo.

A los mandos estaban dos alumnos de nota. Ella trabaja bajo la protección de Javier Limón, está en la lista de autores de Universal y tiene el honor de ser la única española que ha conseguido un Presidential Award en la escuela de música Berklee de Boston. Toca el piano, uno que siempre ha navegado entre el flamenco y el jazz, y él, Ed is Dead, ganó el año pasado el premio al Mejor Productor de Música Electrónica por VMA. Con esas credenciales presentaron en Pamplona [MJU:ZIK], que no es un disco raro ni incomprensible. [MJU:ZIK] es un disco distinto y elegante que suena a flamenco. Y cuando al escenario de la Sala Zentral salió Ané Carrasco con su percusión a acompañar algunos temas, la idea quedó aún más clara. [MJU:ZIK] no intenta mezclar ambas músicas, [MJU:ZIK] intenta crear una tercera a partir de dos raíces distantes. Los dos artistas le escarban en las tripas a las bases del flamenco usando como material quirúrgico sintetizadores, mezcladores y teclados.

En el disco, es especialmente intenso el corte en el que Rosario La Tremendita canta una vidalita, aunque su voz salió de un altavoz porque ella no estaba y el resultado perdió la mucha fuerza que tiene el corte en el que canta la sevillana. El flamenco no admite playback y esa no-actuación de La Tremenda resultó extraña. Pasó con los demás artistas que han colaborado en el álbum, no todos flamencos. Por ejemplo, Zara McFarlane, cantante de jazz que pone voz a uno de los temas más reconocidos de este disco: “Alpha Woman”. Pero aun con esos desajustes, el concierto tuvo cuerpo. Y hasta el jazz olía a flamenco. No podía ser de otra manera para una mujer, Castellanos, que ha trabajado junto a músicos como Paco de Lucía, Jorge Pardo o Niño Josele, artistas que no han entendido nunca la necesidad de separar tajantemente ambas músicas.

En la Sala Zentral de Pamplona ningún espectador ejecutó nada que pudiera catalogarse como paso de baile, pero había ganas. Porque el disco y su directo invitan a bailar. Viéndolo y escuchándolo queda algo claro: si esto no es más que un experimento, será uno válido, pero si a Castellanos y Edu les cunde la idea, quizás no haga falta tener los prodigiosos pies de Alba Heredia para marcarse unos pasos en clave jonda en cualquier pista de baile.

 

Las fotografías son de © Javier Fergo.
En el vídeo, Ariadna Castellanos con Ané Carrasco, en el Festival Flamenco On Fire de Pamplona. © De Flamenco TV / YouTube.