Contenido
Fotografías textuales
Un recorrido por The Beatles Story
Lo primero que sorprende al beatlemaníaco visitante que se acerca a los docks de Liverpool es la estatua de una peculiar estrella del rock. Parece Elvis pero no es Elvis. Tampoco es una descomunal talla dedicada en mármol a Paul, John, Ringo y George, sino una reproducción de Billy Fury. ¿Quién coño es Billy Fury?, se preguntará el beatlemaníaco visitante, extrañado por no decir molesto ante la presencia de un intruso en los sacrosantos dominios de los Fab Four (odio ese apelativo, pero el articulismo necesita sinónimos). Pues un cantante de rock nacido en Liverpool el mismo año que John Lennon (1940) y muerto en 1983. Depresivo y alcohólico, murió con las botas puestas, después de una actuación en el teatro Beck de Hayes (Hillingdon, Inglaterra). Nunca alcanzó ningún número uno en las listas, pero fue el primer cantante que actuó con Elvis Presley.
La historia musical de Liverpool, ciudad que el futbolista madrileño Fernando Torres debió de recorrer no poco durante sus años de pertenencia al equipo de la ciudad (2007-2011), habría sido bien distinta de no ser por los Beatles. Perogrullada esta que me viene a la cabeza cuando fotografío a ese Fury del que no había oído nunca hablar; de no ser por los cuatro genios de Liverpool, esta ciudad estiraría el chicle conmemorativo con sus glorias patrias de corto recorrido, todos esos grupos que formaron parte del ambiente MerseyBeat: Gerry and the Pacemakers, The Searchers y la cantante Cilla Black. Nada que ver, en cuanto a proyección internacional e influencia, con el sonido que más tarde vendría de Manchester, cuna de grupos como The Smiths, Joy Division u Oasis.
En esos muelles de Liverpool, el Albert Dock, se encuentra The Beatles Story, un museo abierto en 1990 y en donde se pueden ver objetos como las famosas gafas redondas de John Lennon o la primera guitarra de George Harrison. También un montón de paneles, fotos, discos y reproducciones de localizaciones, como The Cavern Club o los estudios Abbey Road. O una gran imagen de un joven John en lo alto de un escenario. No tenía ni 17 años, aquel 6 de julio de 1957, cuando conoció John conoció a Paul, o viceversa. Ambos ya se conocían del instituto. Eran las tres y media de la tarde, en las afueras de Liverpool, en un festival musical montado en el jardín trasero de la iglesia de St Peter. Así como en Manchester empezó la revolución industrial a finales del siglo XVIII, en las florecientes fábricas que procesaban el algodón traído de América; en esa barriada, llamada Woolton, se gestó el embrión del grupo más talentoso, revolucionario e influyente de la historia de la música moderna.
Atienden bien al periodista en The Beatles Story, y este artículo surge en buena medida como muestra de gratitud en unos años en que mantenerse fiel a ese oficio resulta tan complicado. Surge también como gratitud a los Beatles, y como resultado de unas notas que tomé en esa visita, que sin duda no habría tomado en el hipotético museo de Billy Fury, y que su alma me perdone. Por qué apunte lo que apunté no lo sé muy bien, puede que lo hiciera con el entusiasmo de quien quiere capturar para sí detalles de un universo rico y complejo como el de los Beatles. Y que captura esas sensaciones no ya con una cámara digital sino con unos básicos papel y boli. A continuación, el listado de esas fotografías textuales, por orden cronológico en la historia de la banda:
—Cinco. Esas fueron las visitas de los Beatles a Hamburgo. Una en 1960 (agosto), dos en 1961 (marzo y abril) y dos más en 1962: noviembre y diciembre, con una última actuación el día 18 de ese último mes. Acudieron motivados por Tony Sheridan, que en junio de 1960 ya había probado fortuna en tierras alemanas. Curiosamente, en el momento de su muerte, en febrero de 2013, vivía en un pueblo al norte de Hamburgo.
—Paddy Delaney. El portero, o doorman, de The Cavern Club, local que conoció el tránsito del anonimato a la gloria de los Beatles: 292 actuaciones en total, muchas de ellas a la hora de comer. Y gestionando la entrada del cada vez más enfervorecido público, ese tipo, Delaney, grandote, elegante, con cierto carisma para controlar el entusiasmo de las fans. Se encargaba, entre otras cosas, de custodiar notas con mensajes privados para John, Paul y cía, por lo que tenía algo de heraldo del amor maníaco.
—Olor. The Cavern Club, en su momento de máximo apogeo beatle, desprendía tres potentes olores: desinfectante procedente de los servicios, sudor y tabaco.
—Mersey Beat: periódico musical de principios de los sesenta, editado en Liverpool, y fundado por un compañero de clase de John. El grupo tenía una fuerte presencia en la revista, con abundantes fotos o escritos de juventud de Lennon. En 1962, hicieron una encuesta para determinar cuál era el grupo más popular del momento, con estos resultados:
1. The Beatles
2. Gerry and the Pacemakers
3. The Remo Four
4. Rory Storm and the Hurricanes
5. Johnny Sandon and The Searchers
(Ni rastro, por cierto, del malogrado Billy Fury.)
—Love Me Do: primer single de los Beatles, octubre de 1962. Alcanzó el número 1, pero en Estados Unidos, dos años más tarde.
—9 de noviembre de 1961. Ese día fue tan o más importante que el 6 de julio de 1957. Alentado por muchos de los seguidores que acudían a su tienda musical, NEMS, preguntando por ese nuevo grupo, Epstein se animó a visitarlos en una de sus lunchtime sessions. El doorman le libró de la cola y su presencia fue anunciada en megafonía. Epstein era alguien con cierta importancia en la ciudad, al frente de su negocio, y desde hacía tres meses tenía una columna fija en el periódico musical Mersey Beat. Un día después de verlos en directo, se reunieron todos en casa del entonces batería Pete Best para firmar con él un contrato de representación. Los Beatles ya tenían manager. Y así como Astrid, aquella chica enigmática de Hamburgo que se ligó Stu Sutcliffe, decidió el peinado a lo beatle de los Beatles, Epstein fue el responsable de que vistieran uniformados, como chicos buenos que toda madre querría como yernos.
—George Martin, productor. Su nombre podría haber pasado a la historia como el responsable de una de las mayores cagadas de la historia, “privilegio” reservado para Mike Smith, del sello Decca, que rechazó contratar a los Beatles y fichó en su lugar a los Tremeloes —pero rectificó a tiempo. La primera grabación que le trajo Epstein no le gustó. Pero decidió darles otra oportunidad y conocerlos en persona. Su carisma y encanto personal fue lo que le convenció para apostar por ello, even without playing.
—5 de noviembre de 1963. Concierto en Royal Command Performance, que desata de manera oficial la beatlemanía, el fenómeno fan en toda su extensión.
—Canarias. En pleno apogeo de éxito, abril de 1963, John Lennon viaja a Canarias con Brian Epstein. Unas vacaciones de 12 días mientras su mujer Cynthia se queda en Inglaterra para dar a luz a su hijo Julian (que nacería el día 8 del citado mes). Hay quien insinuó un idilio gay entre los dos.
—A Spaniard In The Works. Libro de John Lennon publicado en 1965. Textos sueltos y dibujos, la mayoría narraciones poéticas, oníricas, con influencia de Lewis Carroll.
—Ed Sullivan Show: el 24 de junio de 1964, los Beatles conquistaban definitivamente América gracias al poder de la televisión.
—El último concierto. Aunque hubo otro más tarde, de despedida, en la azotea de los estudios Abbey Road, el de Candlestick Park, en San Francisco, fue el último concierto como tal. Fue un 29 de agosto de 1966.
—John conoce a Yoko. Oko conoce a Lennon. Fue un 8 de noviembre de 1966. Justo dos años después, John se divorcia de Cynthia.
—Muere Brian Epstein. Un día de agosto, el 27, de 1967. Iba a cumplir 33 años en tres semanas.
—Portada del Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band. La foto se toma un 30 de marzo de 1967. El álbum es el primero que incluye en su interior las letras de sus canciones. David Trueba propone en su película Vivir es fácil con los ojos cerrados que fue un profesor de inglés español el que sugirió a John Lennon, durante el rodaje de una película en Almería, en 1966, que así lo hicieran.
—Lenny Bruce. El director Bob Fosse (Cabaret) rodó Lenny, con Dustin Hoffman, sobre ese controvertido humorista que de pronto te soltaba un speech de alto voltaje político en medio de una actuación presuntamente humorística. Aparece en la portada del disco Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, como también aparecen Aldous Huxley, Tony Curtis, Marlon Brando, Marilyn Monroe, Mae West y un personaje desconocido. ¿Quién sería ese personaje desconocido? La cara oculta de la luna y el personaje desconocido de la portada del disco más mítico de los Beatles.
—Disposición de los personajes. Los cuatro beatles aparecen dos veces en la portada de Sgt Pepper's, en este orden: George, Paul, Ringo, John. La misma que en el disco Abbey Road, cruzando el famoso paso de cebra, pero invertida.
—Cifras: la grabación (de Sgt. Pepper's) tomó 700 horas de estudio y un coste de 25.000 libras.
—20 de marzo de 1968. John y Yoko se casan en Gibraltar.
—10 de abril de 1969: Paul McCartney anuncia que deja los Beatles.
—Allen Klein: fue el 'sustituto' de Brian Epstein tras su muerte, en agosto de 1967. Para muchos, el impulsor del principio del fin de los Beatles. También parece cierto que contribuyó al saneamiento económico de un negocio que estaba cerca de la bancarrota cuando él se incorporó.
—George Martin. Sir. El productor. Si tuviera que elegir una canción de John, se quedaría con Strawberry Fields Forever. Si tuviera que elegir una de Paul, sería Here, There And Everywhere. Y de George Harrison, Something.
Son las seis, hora de cerrar el museo. Quedan un par de minutos para comprar algo en la tienda. Una lámina de los primeros años, esos Early Years que canta Paul en su último disco, New. Un par de imanes para la nevera. A la salida, el viento, un viento envenenado de agua de lluvia y de mar. Un montón de anotaciones en un papelajo y la agridulce sensación de que esa ciudad cada vez más parecida a un aeropuerto, tan llena de franquicias y de restaurantes internacionales, sobrevive espiritualmente gracias al legado cargado de un alma casi exótica hoy de sus cuatro vecinos más justamente ilustres. Pero que el relevo no lo veremos.
Fotografías textuales
Lo primero que sorprende al beatlemaníaco visitante que se acerca a los docks de Liverpool es la estatua de una peculiar estrella del rock. Parece Elvis pero no es Elvis. Tampoco es una descomunal talla dedicada en mármol a Paul, John, Ringo y George, sino una reproducción de Billy Fury. ¿Quién coño es Billy Fury?, se preguntará el beatlemaníaco visitante, extrañado por no decir molesto ante la presencia de un intruso en los sacrosantos dominios de los Fab Four (odio ese apelativo, pero el articulismo necesita sinónimos). Pues un cantante de rock nacido en Liverpool el mismo año que John Lennon (1940) y muerto en 1983. Depresivo y alcohólico, murió con las botas puestas, después de una actuación en el teatro Beck de Hayes (Hillingdon, Inglaterra). Nunca alcanzó ningún número uno en las listas, pero fue el primer cantante que actuó con Elvis Presley.
La historia musical de Liverpool, ciudad que el futbolista madrileño Fernando Torres debió de recorrer no poco durante sus años de pertenencia al equipo de la ciudad (2007-2011), habría sido bien distinta de no ser por los Beatles. Perogrullada esta que me viene a la cabeza cuando fotografío a ese Fury del que no había oído nunca hablar; de no ser por los cuatro genios de Liverpool, esta ciudad estiraría el chicle conmemorativo con sus glorias patrias de corto recorrido, todos esos grupos que formaron parte del ambiente MerseyBeat: Gerry and the Pacemakers, The Searchers y la cantante Cilla Black. Nada que ver, en cuanto a proyección internacional e influencia, con el sonido que más tarde vendría de Manchester, cuna de grupos como The Smiths, Joy Division u Oasis.
En esos muelles de Liverpool, el Albert Dock, se encuentra The Beatles Story, un museo abierto en 1990 y en donde se pueden ver objetos como las famosas gafas redondas de John Lennon o la primera guitarra de George Harrison. También un montón de paneles, fotos, discos y reproducciones de localizaciones, como The Cavern Club o los estudios Abbey Road. O una gran imagen de un joven John en lo alto de un escenario. No tenía ni 17 años, aquel 6 de julio de 1957, cuando conoció John conoció a Paul, o viceversa. Ambos ya se conocían del instituto. Eran las tres y media de la tarde, en las afueras de Liverpool, en un festival musical montado en el jardín trasero de la iglesia de St Peter. Así como en Manchester empezó la revolución industrial a finales del siglo XVIII, en las florecientes fábricas que procesaban el algodón traído de América; en esa barriada, llamada Woolton, se gestó el embrión del grupo más talentoso, revolucionario e influyente de la historia de la música moderna.
Atienden bien al periodista en The Beatles Story, y este artículo surge en buena medida como muestra de gratitud en unos años en que mantenerse fiel a ese oficio resulta tan complicado. Surge también como gratitud a los Beatles, y como resultado de unas notas que tomé en esa visita, que sin duda no habría tomado en el hipotético museo de Billy Fury, y que su alma me perdone. Por qué apunte lo que apunté no lo sé muy bien, puede que lo hiciera con el entusiasmo de quien quiere capturar para sí detalles de un universo rico y complejo como el de los Beatles. Y que captura esas sensaciones no ya con una cámara digital sino con unos básicos papel y boli. A continuación, el listado de esas fotografías textuales, por orden cronológico en la historia de la banda:
—Cinco. Esas fueron las visitas de los Beatles a Hamburgo. Una en 1960 (agosto), dos en 1961 (marzo y abril) y dos más en 1962: noviembre y diciembre, con una última actuación el día 18 de ese último mes. Acudieron motivados por Tony Sheridan, que en junio de 1960 ya había probado fortuna en tierras alemanas. Curiosamente, en el momento de su muerte, en febrero de 2013, vivía en un pueblo al norte de Hamburgo.
—Paddy Delaney. El portero, o doorman, de The Cavern Club, local que conoció el tránsito del anonimato a la gloria de los Beatles: 292 actuaciones en total, muchas de ellas a la hora de comer. Y gestionando la entrada del cada vez más enfervorecido público, ese tipo, Delaney, grandote, elegante, con cierto carisma para controlar el entusiasmo de las fans. Se encargaba, entre otras cosas, de custodiar notas con mensajes privados para John, Paul y cía, por lo que tenía algo de heraldo del amor maníaco.
—Olor. The Cavern Club, en su momento de máximo apogeo beatle, desprendía tres potentes olores: desinfectante procedente de los servicios, sudor y tabaco.
—Mersey Beat: periódico musical de principios de los sesenta, editado en Liverpool, y fundado por un compañero de clase de John. El grupo tenía una fuerte presencia en la revista, con abundantes fotos o escritos de juventud de Lennon. En 1962, hicieron una encuesta para determinar cuál era el grupo más popular del momento, con estos resultados:
1. The Beatles
2. Gerry and the Pacemakers
3. The Remo Four
4. Rory Storm and the Hurricanes
5. Johnny Sandon and The Searchers
(Ni rastro, por cierto, del malogrado Billy Fury.)
—Love Me Do: primer single de los Beatles, octubre de 1962. Alcanzó el número 1, pero en Estados Unidos, dos años más tarde.
—9 de noviembre de 1961. Ese día fue tan o más importante que el 6 de julio de 1957. Alentado por muchos de los seguidores que acudían a su tienda musical, NEMS, preguntando por ese nuevo grupo, Epstein se animó a visitarlos en una de sus lunchtime sessions. El doorman le libró de la cola y su presencia fue anunciada en megafonía. Epstein era alguien con cierta importancia en la ciudad, al frente de su negocio, y desde hacía tres meses tenía una columna fija en el periódico musical Mersey Beat. Un día después de verlos en directo, se reunieron todos en casa del entonces batería Pete Best para firmar con él un contrato de representación. Los Beatles ya tenían manager. Y así como Astrid, aquella chica enigmática de Hamburgo que se ligó Stu Sutcliffe, decidió el peinado a lo beatle de los Beatles, Epstein fue el responsable de que vistieran uniformados, como chicos buenos que toda madre querría como yernos.
—George Martin, productor. Su nombre podría haber pasado a la historia como el responsable de una de las mayores cagadas de la historia, “privilegio” reservado para Mike Smith, del sello Decca, que rechazó contratar a los Beatles y fichó en su lugar a los Tremeloes —pero rectificó a tiempo. La primera grabación que le trajo Epstein no le gustó. Pero decidió darles otra oportunidad y conocerlos en persona. Su carisma y encanto personal fue lo que le convenció para apostar por ello, even without playing.
—5 de noviembre de 1963. Concierto en Royal Command Performance, que desata de manera oficial la beatlemanía, el fenómeno fan en toda su extensión.
—Canarias. En pleno apogeo de éxito, abril de 1963, John Lennon viaja a Canarias con Brian Epstein. Unas vacaciones de 12 días mientras su mujer Cynthia se queda en Inglaterra para dar a luz a su hijo Julian (que nacería el día 8 del citado mes). Hay quien insinuó un idilio gay entre los dos.
—A Spaniard In The Works. Libro de John Lennon publicado en 1965. Textos sueltos y dibujos, la mayoría narraciones poéticas, oníricas, con influencia de Lewis Carroll.
—Ed Sullivan Show: el 24 de junio de 1964, los Beatles conquistaban definitivamente América gracias al poder de la televisión.
—El último concierto. Aunque hubo otro más tarde, de despedida, en la azotea de los estudios Abbey Road, el de Candlestick Park, en San Francisco, fue el último concierto como tal. Fue un 29 de agosto de 1966.
—John conoce a Yoko. Oko conoce a Lennon. Fue un 8 de noviembre de 1966. Justo dos años después, John se divorcia de Cynthia.
—Muere Brian Epstein. Un día de agosto, el 27, de 1967. Iba a cumplir 33 años en tres semanas.
—Portada del Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band. La foto se toma un 30 de marzo de 1967. El álbum es el primero que incluye en su interior las letras de sus canciones. David Trueba propone en su película Vivir es fácil con los ojos cerrados que fue un profesor de inglés español el que sugirió a John Lennon, durante el rodaje de una película en Almería, en 1966, que así lo hicieran.
—Lenny Bruce. El director Bob Fosse (Cabaret) rodó Lenny, con Dustin Hoffman, sobre ese controvertido humorista que de pronto te soltaba un speech de alto voltaje político en medio de una actuación presuntamente humorística. Aparece en la portada del disco Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, como también aparecen Aldous Huxley, Tony Curtis, Marlon Brando, Marilyn Monroe, Mae West y un personaje desconocido. ¿Quién sería ese personaje desconocido? La cara oculta de la luna y el personaje desconocido de la portada del disco más mítico de los Beatles.
—Disposición de los personajes. Los cuatro beatles aparecen dos veces en la portada de Sgt Pepper's, en este orden: George, Paul, Ringo, John. La misma que en el disco Abbey Road, cruzando el famoso paso de cebra, pero invertida.
—Cifras: la grabación (de Sgt. Pepper's) tomó 700 horas de estudio y un coste de 25.000 libras.
—20 de marzo de 1968. John y Yoko se casan en Gibraltar.
—10 de abril de 1969: Paul McCartney anuncia que deja los Beatles.
—Allen Klein: fue el 'sustituto' de Brian Epstein tras su muerte, en agosto de 1967. Para muchos, el impulsor del principio del fin de los Beatles. También parece cierto que contribuyó al saneamiento económico de un negocio que estaba cerca de la bancarrota cuando él se incorporó.
—George Martin. Sir. El productor. Si tuviera que elegir una canción de John, se quedaría con Strawberry Fields Forever. Si tuviera que elegir una de Paul, sería Here, There And Everywhere. Y de George Harrison, Something.
Son las seis, hora de cerrar el museo. Quedan un par de minutos para comprar algo en la tienda. Una lámina de los primeros años, esos Early Years que canta Paul en su último disco, New. Un par de imanes para la nevera. A la salida, el viento, un viento envenenado de agua de lluvia y de mar. Un montón de anotaciones en un papelajo y la agridulce sensación de que esa ciudad cada vez más parecida a un aeropuerto, tan llena de franquicias y de restaurantes internacionales, sobrevive espiritualmente gracias al legado cargado de un alma casi exótica hoy de sus cuatro vecinos más justamente ilustres. Pero que el relevo no lo veremos.