Mi nombre es Laura Guillén y, como Ana Obregón, soy actriz y bióloga. Hay cosas que he elegido y otras no; en el segundo grupo estaría el arrebatarme con la música, mi altura o la incapacidad para envolver regalos y que sigan pareciendo regalos. También tengo mala letra. De niña pensaba que me volvería rubia y que me saldrían gafas. Cogí un avión a Boston por vocación y otro a París por amor, pero volví. A veces, igual que ella, salgo en la tele o en la radio y me baño en la playa.