Diana Aller es una excéntrica millonaria que reparte su tiempo y su talento en causas que no llevan a nada. Se especializó en estética filosófica, bebe bastante cerveza, se junta con feministas radicales y escribe en todas partes. Su gran frustración es la música, para la que está infradotada. Por eso lo ha intentado todo: grupos de música, ejercer de disc-jockey, crítica musical y ejecutiva discográfica. Este es su último intento en pro de sus únicos y más fieles amores: España y la música.