Chico-Trópico se interesa particularmente por las rutas experimentales y psicodélicas que toman ritmos tropicales como la cumbia, el mambo, el chamamé, el merengue, el regaetón y cuya influencia y alcance vive una enorme fertilidad. 

 

 

En sus tres ediciones, y en sus dos sedes, primero Casa de América (2010, 2011) y Nave de Música-Matadero Madrid (2012) han pasado por Chico-Trópico Los Síquicos Litoraleños (Argentina), Sonido Changorama (México), el gurú de la cumbia experimental Dick El Demasiado y sus Exagerados, el ecléctico artista de pop y cumbia psicodélica Pipo el Sucio (Argentina/Madrid), el fenómeno del regeaton de 8 bits Meneo (Guatemala/Madrid); la elegancia de la chicha peruana de los neoyorkinos Chicha Libre (EEUU); el increíble show de Igor Stepanenko y su órgano que habla (México), que recuperó una técnica insólita creada en Latinoamérica en los años cincuenta en la que hace hablar a un órgano Hammond; la psicodelia cumbiera de Frente cumbiero (Colombia), el grupo abanderado de la nueva cumbia en Bogotá, y Tremor (Argentina), pioneros del folklore industrial latinoamericano, Kumbia Queers (Argentina-México), La Gallera Social Club (Venezuela) y Sonido Desconocido II (México, además de los djs Hermanos Pizarro y Fenómeno de Taganana (Tenerife). Además Chico-Trópico creó una banda para la ocasión Janet Chang y su Orquesta Distorsión, que unía a músicos experimentales madrileños, con músicos de la escena peruana residente en Madrid, un trasunto entre la música popular peruana de verbena y la psicodelia festiva.