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SEMANA LVI: "CULPABLE, CULPABLE, CULPABLE"

Cuarta Parte
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CAPÍTULO III:
Veo la película
Papillon (Columbia, 1973), dirigida por Franklin J. Schaffner, y al terminar busco el libro de Henri Charrière para encontrar las razones que lo llevaron a escapar de la paradisíaca vida que alcanzó junto a los indios guajiros. No sólo no me resultaron convincentes sino que el tipo me pareció bastante chungo. Más allá de la veracidad de los hechos que cuenta, el tono chulesco y fanfarrón de sus hazañas desmerece el retrato gallardo pero sobrio que ofrece un magnífico Steve McQueen en la pantalla. En una escena onírica, el protagonista se ve en un desierto, ridículamente vestido y sometido al examen de un lejano juez y su séquito. A la pregunta de cuál es su pecado, Papillon contesta que está acusado de un crimen que no cometió. El juez proclama que, en efecto, es inocente de la muerte de ese hombre pero que en cambio ha cometido el mayor crimen que puede cometerse en la vida: haberla malgastado.

A continuación, le pregunta cómo se declara. Papillon contesta: "Culpable, culpable, culpable".

 

En portada:  Kant ©GNG (2017)